El gobierno chino ha emitido una advertencia a los fabricantes de automóviles sobre los posibles riesgos que implica la construcción de plantas en el extranjero, especialmente en ciertos mercados internacionales. Esto surge en un momento crucial para las empresas automotrices chinas, muchas de las cuales están expandiendo sus operaciones globales, principalmente para contrarrestar un alza en los aranceles que plantean los mercados Europeos y norteamericanos.
Las fuentes señalan que las autoridades chinas están particularmente preocupadas por las crecientes tensiones comerciales y políticas con algunos países. En Julio, el ministro de comercio se reunió con miembros de la industria expresado su inquietud sobre los desafíos regulatorios y los entornos económicos inestables en lugares como India, donde las relaciones con Beijing han sido tensas en los últimos años por problemas fronterizos en la región del Himalaya.
Turquía también ha sido identificada como un mercado de alto riesgo debido a su inestabilidad política y fluctuaciones económicas, al igual que Rusia, donde las automotrices Chinas han llenado el vacío que dejaron los fabricantes occidentales al retirarse del mercado por las sanciones impuestas luego de la invasión rusa a Ucrania.
La preocupación parece ser menor en otros países que potencialmente podrían acoger fabricantes chinos, como Tailandia y Europa, esta última donde fabricantes como Chery ya han iniciado el proceso de establecer instalaciones para la fabricación de vehículos.
En el centro de esta advertencia están los fabricantes de vehículos eléctricos, un sector que ha experimentado un crecimiento explosivo en China. Empresas como BYD y NIO han estado considerando la expansión de sus plantas de producción fuera del país para satisfacer la creciente demanda global de vehículos más ecológicos.
Sin embargo, el gobierno chino ha señalado que los beneficios de dicha expansión pueden no compensar los riesgos asociados con invertir en países donde la situación política y económica es volátil.
Además de los riesgos geopolíticos, las autoridades chinas también han resaltado la importancia de proteger la competitividad de las empresas nacionales en un mercado internacional cada vez más saturado. Los fabricantes chinos han logrado un éxito significativo en la exportación de vehículos eléctricos a Europa, pero establecer plantas en otros países podría llevar a la transferencia de tecnología sensible, lo que podría perjudicar a las empresas chinas a largo plazo.
Esta advertencia coincide con los esfuerzos de China por fortalecer su industria automotriz interna, promover la generación de empleo y mantener su posición dominante en la producción global de vehículos eléctricos. El gobierno chino ha instado a las empresas a centrarse en mercados menos riesgosos y a buscar oportunidades de cooperación internacional que no comprometan la seguridad tecnológica ni la estabilidad financiera de las empresas.
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