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Foto del escritorEdsson Araúz

Consejos para conducir con lluvia y evitar el aquaplaning

Quizás no has escuchado el termino aquaplaning, pero seguramente, si conduces, ya lo has vivido. Es una situación peligrosa que se da cuando vas conduciendo y te encuentras una cantidad de agua (un charco o una corriente), y cuando las ruedas pasan encima, sientes que pierden agarre, flotan, el timón tira para algún lado y dejan de tener contacto con la calle.

Este fenómeno se da porque los neumáticos no son capaces de evacuar rápidamente el agua que queda atrapada entre los neumáticos y la calle. Muchos neumáticos están diseñados para sacar el agua, por medio de bloques de la banda de rodadura entrelazados en forma de V, que actúan como canales para que el neumático mantenga el contacto con el camino. Los neumáticos tienen indicadores de desgaste en los surcos, pero como regla general, la profundidad de los canales principales debe ser mayor 1.6 mm y se recomienda que este por encima de los 2 mm.

Esta habilidad se pierde cuando el neumático se gasta, y estos surcos en la llanta pierden profundidad, por lo que lo primero a tener en cuenta, especialmente en un país lluvioso como el nuevos es no conducir con neumáticos gastados. El diseño del patrón de la banda de rodamiento del neumático, que puede ayudar a canalizar mejor o peor el agua.

Otro factor que agrava esta condición es ir a alta velocidad con el asfalto mojado. A velocidad baja, los neumáticos golpean el agua acumulada y la cortan, pero cuando se conduce a alta velocidad, el neumáticos tiene menos tiempo para evacuar el agua, produciendo que esta pierda contacto.

Y aunque no tienes mucho control sobre esto, también es importante que tomes en cuenta que un vehículo más ligero es más propenso a sufrir de aquaplaning, pero ninguno está exento de caer en esta condición.

¿Qué hago si me encuentro en una situación de aquaplaning?

La sensación del aquaplaning es literalmente como si una parte del auto flotara y se moviera ligeramente sobre el camino. Pasa en segundos y tu reacción será la diferencia entre sortear el obstáculo o perder el control del auto.

  1. No te asustes: Aunque la sensación es que pierdes el control, debes mantener la calma, el vehículo seguirá la trayectoria solo debes agarrar el timón con fuerza en la dirección en la que entras al agua

  2. No cambies de dirección: Durante estos segundos tus neumáticos delanteros (que serán lo primeros en tocar el agua) no tendrán tracción, si cambias la dirección pondrás más presión sobre ellos, y cuando recuperen tracción podrían lanzarte fuera de tu trayectoria.

  3. No frenes y suelta el acelerador: Aunque parece contraintuitivo, frenar va a desestabilizar tu auto, porque solo algunas ruedas podrán hacerlo, no pises los frenos, pero si debes soltar el acelerador para ayudarte a mantener el control. Una vez pases el charco puede frenar y bajar la velocidad o retomar tu aceleración si es necesario.

  4. Con lluvia conserva una distancia prudente: Aunque tu reacción sea buena, factores como las llantas desgastadas o contaminantes como aceite pueden hacer que la maniobra sea más complicada y quizás requieras espacio para maniobrar. Con lluvia la distancia de frenado también aumenta, incluso son el aquaplanning por lo que siempre es recomendable dejar una distancia respecto al auto de al frente del doble de lo habitual, especialmente a alta velocidad.

Lo más importante es ayudar el auto a cruzar el charco sin perder su trayectoria. Agarra con fuerza el timón, pero no gires ni cambies de dirección, tampoco trates de salir del charco, lo principal es cruzarlo hasta que los neumáticos recuperen tracción y puedas tomar el control.

Lo más importante para prevenirlo es mantener tus neumáticos en buen estado y conducir en una velocidad modera. A mayor velocidad, más es el efecto, pero en condiciones normales, un buen neumático será capaz de despejar el agua sin llegar a perder tracción.

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