Infiniti detiene pedidos de los QX50 y QX55 en EE.UU. por nuevos aranceles
- Benjamín Chellew
- hace 5 días
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Nissan ha confirmado que dejará de aceptar nuevos pedidos para los SUV Infiniti QX50 y QX55 en Estados Unidos. Ambos modelos, ensamblados en la planta de Aguascalientes, México, son víctimas colaterales de la imposición de nuevos aranceles por parte del expresidente Donald Trump, quien recientemente volvió a la Casa Blanca e implementó tarifas adicionales a las importaciones desde México.

Esta decisión no implica la suspensión de la producción en México ni la salida del modelo del mercado estadounidense, pero sí representa una pausa estratégica mientras la marca evalúa los efectos de estas medidas sobre sus márgenes de ganancia.
¿Qué modelos se ven afectados?
Los Infiniti QX50 y QX55 son SUV compactos de lujo, clave dentro de la oferta de Infiniti en Norteamérica. Ambos modelos comparten la misma plataforma y se ensamblan en Aguascalientes, desde donde se exportan al mercado estadounidense. A pesar de su origen mexicano, los vehículos están diseñados para satisfacer la demanda del consumidor norteamericano en términos de confort, conectividad y desempeño.
El QX50 y el QX55 se mantendrán disponibles en el inventario actual de los concesionarios estadounidenses, pero la marca dejará de procesar nuevos pedidos hasta nuevo aviso.
Esta pausa coincide con un momento de transición para Infiniti, que recientemente reportó una caída en sus ventas durante 2024. Infiniti entregó apenas 43,000 unidades el año pasado en EE.UU., muy por debajo de competidores como Lexus o Acura. De esas ventas, los QX50 y QX55 representaron una proporción significativa, lo que hace aún más sensible la medida.
La fábrica COMPAS (Cooperation Manufacturing Plant Aguascalientes), operada en conjunto por Nissan y Daimler, ha sido clave para la estrategia de manufactura regional. Desde allí se producen no solo los Infiniti QX50 y QX55, sino también algunos modelos compactos de Mercedes-Benz. Esta instalación representa una apuesta por la eficiencia de costos y la cercanía al mercado estadounidense, que ahora se ve afectada por decisiones políticas.
El regreso de Trump al poder ha traído consigo una postura más proteccionista, reinstaurando aranceles que afectan directamente al comercio entre EE.UU. y México. Esto genera incertidumbre para fabricantes como Nissan, que han invertido significativamente en capacidades productivas al sur de la frontera.
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