Hace unos días se dio a conocer el ïndice de la "Lista de ciudades inteligentes" y la Ciudad de Panamá figuró en la posición quinta en América Latina. Sin duda, no es una mala posición, aunque a nivel mundial quedamos en la número 127. Se puede mejorar y, especialmente, en movilidad y transporte tenemos temas pendientes.
El índice lo elabora la escuela de negocios IESE de la Universidad de Navarra, España, en colaboración con Euromonitor y destaca el compromiso de Panamá con la innovación y el desarrollo sostenible. Como puntos débiles se menciona la tecnología, la planificación urbana y la gobernanza (administración pública).
Beijing, China se alza este año hasta el primer lugar en el ranking por su dimensión de movilidad urbana, debido a su extensa red de metro, complementadas por una notable reducción en los índices de congestión vehicular.
La Ciudad de Panamá destaca por sus conexiones externas (transporte aéreo y marítimo) y el Metro, pero sabemos que los usuarios tienen muchas quejas sobre el servicio de transporte público (escasez de buses) y fallas en la planificación de las calles (tranques), lo cual afecta la calidad de vida de los habitantes y el desarrollo económico y sostenible del país.
Existen obras pendientes para conectar con Panamá Oeste (Línea 3 y Puente sobre el Canal) y reducir las molestias para trasladarse de una parte importante de la población que desea llegar y salir de la capital.
En el documento (leer aquí) se afirma que las metrópolis del futuro deben asegurar desplazamientos eficientes de los ciudadanos con una buena estructura vial y de rutas, un parque vehicular, un transporte público para brindar bienestar a sus habitantes.
Se debe trabajar en una productiva movilidad de los trabajadores y distribución de productos para la sostenibilidad urbana a largo plazo.
Existe una cantidad de indicadores asociados a la movilidad y el transporte como el alquiler de bicicletas, el tiempo en tráfico y su eficiencia. Las complicaciones viales consisten en prolongados tiempos de conducción y malestar que estos generan en la ciudadanía.
Una debida planificación puede reducir la congestión vehicular y disminuir el número de accidentes.
En el Índice se valora, también. la cantidad de estaciones de metro, la extensión de la red y la cantidad líneas existentes porque refleja el compromiso urbano y la inversión proporcional al tamaño poblacional.
Aparecer en el índice deja algunas conclusiones. Una red más completa del Metro, sin duda, ayudará a los desplazamientos eficientes, además, de resolver la escasez de buses, y avanzar con las inversiones pendientes. Además, se necesita hacer mejoras en la planificación urbana.
Santiago de Chile lidera el ranking en América Latina. Está avanzando en su plan de electrificar su flota de autobuses públicos. En el 2023, el 30% de los autobuses de la capital chilena eran eléctricos (cerca de 7.000 unidades). Ayudó a mejorar la calidad del aire, lo cual beneficia la salud y el bienestar de sus habitantes.
El transporte público en América Latina, según el documento, resulta vital para la movilidad de los sectores de ingresos más bajos, mientras que la propiedad de vehículos eléctricos personales aún se encuentra fuera del alcance económico de muchos.
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