En un mundo que cada vez prefiere más los SUVs y 'crossovers', es importante recordar que existen alternativas. El Panamera combina deportividad, comodidad y elegancia de una manera que pocos vehículos logran, y para experimentarlo, realizamos un 'road trip' por la Ciudad de México con su impresionante tercera generación recién presentada.
Esta es la tercera generación del Panamera, una completamente nueva de su sedán deportivo donde Porsche se enfocó particularmente en mejoras a la plataforma, el diseño y una variedad de nuevas motorizaciones, principalmente híbridas.
Visualmente, el nuevo Panamera sigue siendo inconfundiblemente un Panamera. La defensa delantera ha sido rediseñado con nuevas tomas de aire, considerablemente más grandes. La altura del capó también se ha elevado ligeramente y ahora tiene los arcos del guardafango más pronunciados, lo que da una una sensación visual desde el asiento del conductor similar a la de un Porsche 911.
Quizás uno de los rasgos más llamativos son las luces Matrix LED en todas las versiones, qye recuerdan mucho las usadas en el Taycan. Opcionalmente está disponible el sistema de iluminación LED HD Matrix de alta resolución, con más de 32.000 píxeles por lámparas.
En la parte trasera destaca la luz que viaja de lado a lado, y se ha hecho aún más pronunciada, la ventana trasera ha adoptado un diseño más angular y en la parte baja de la defensa se encuentra un nuevo difusor acompañados de dos dobles salidas de escape.
En el interior también se moderniza el Panamera, con un diseño más limpio, casi sin botones y con fuerte inspiración de la del Porsche Taycan, donde tendremos un tablero con una pantalla de 12.6 pulgadas y una pantalla táctil central de 10.9 pulgadas para controlar configuraciones del auto y el sistema de infoentretenimiento.
De manera opcional, se puede incluir una tercera pantalla que permite al pasajero formar parte de la experiencia de conducción. Esta pantalla táctil montada en el tablero, sobre la guantera es de 10.9 pulgadas y muestra los datos de rendimiento del vehículo, permite el funcionamiento del sistema de infoentretenimiento. Curiosamente y por temas de seguridad, la pantalla del pasajero no se puede ver desde el asiento del conductor.
Pero, muy al estilo de Porsche, para reconocer a simple vista los cambios hay que ser un verdadero conocedor de la marca. El nuevo Panamera se ve fresco, pero con la sutileza que caracteriza el diseño de la casa de Stuttgart, es más una evolución que una revolución.
Para esta generación, Porsche ha cubierto las motorizaciones de su portafolio con una línea de variantes híbridas. En los modelos base Panamera de tracción trasera y Panamera 4 de tracción a las cuatro ruedas, se equipa un motor V6 biturbo de 2.9 litros, que entrega 350 caballos de fuerza y un torque de 500 Nm. Este es un aumento significativo respecto a la generación anterior, que ahora hace el 0 a 100 km/h en 5.3 segundos.
De aquí en adelante, todas las versiones equipan un sistema de propulsión híbrido, que usan el motor de 2.9 litros litros biturbo combinado con un motor eléctrico, pero con diferentes niveles de potencia para cada versión. El Panamera 4 E-Hybrid entrega hasta 470 caballos, el Panamera 4S E- Hybrid unos 540 caballos.
Para el Panamera Turbo E-Hybrid, Porsche ha reservado el motor V8 de 4.0 litros con dos turbocargadores que eleva la potencia hasta 680 caballos con un torque bestial de 930 Nm y una aceleración de 0 a 100 km/h en solo 3.2 segundos con el paquete Sport Chrono.
Probando el nuevo Porsche Active Suspensión Management (PASM)
El nuevo Panamera viene equipado de fábrica con suspensión neumática de doble cámara y dos válvulas. Esta versión de la suspensión ajustable de Porsche pudimos probarla en la ruta de casi dos horas en el Panamera base. Como es característicos del Panamera, el manejo es suave como debe ser un sedán de lujo, pero sin perder la precisión y el control de un auto deportivo.
Pero digamos que esta configuración no varía mucho de la generación anterior del Panamera, donde está la verdadera innovación es en la llamada Porsche Active Suspensión Management (PASM), una opción que pudimos probar en pista mientras probamos la versión Turbo E-Hybrid.
Este sistema aprovecha la arquitectura eléctrica de 400 voltios del E-Hybrid. En cada esquina del vehículo se emplean amortiguadores de dos válvulas conectado cada uno a una bomba hidráulica eléctrica, que puede ajustar el flujo interno del amortiguador hasta 13 veces por segundo, cambiando la extensión y la compresión en tiempo real e individualmente.
Conducir con el Porsche Active Ride es una experiencia interesante porque puede endurecer los amortiguadores de un lado del auto lo suficiente como para mantenerlo plano, por ejemplo, cuando entramos a una curva a velocidad donde se genera una gran cantidad de carga lateral, esto ayuda a la comodidad y al control eliminando el 'bodyroll' que no es poco en un auto que ronda los 2,500 kg.
La suspensión contrarresta las fuerzas físicas de la aceleración y la desaceleración, elevando, bajando o endureciendo la parte delantera o trasera según sea necesario. Por ejemplo, cuando se acelera a fondo y el frente se inclina hacia abajo. Esto contradice toda lógica, donde uno esperaría que por el desplazamiento de fuerzas el frente se levante.
Es impresionante, y está tan bien calibrado que en la práctica pasa desapercibido, el ajuste es muy sutil, haciendo que el comportamiento de la carrocería sea muy natural y predecible.
El sistema desactiva gran parte de sus funciones cuando estamos en el modo Sport Plus, que evidentemente fue el que más abusamos mientras dábamos vueltas al trazado del Mexico Drive Resort. El control de la carrocería sigue ahí, pero sin restar la sensación de manejo, que en el Panamera Turbo E-Hybrid es una locura.
Este sedán de 5.05 metros de largo puede brincar a los 100 km/h en 3.2 segundos, y aunque no logramos tocar la velocidad máxima de 315 km/h no tuvimos problemas de acariciar los 200 en las rectas. Es simplemente impresionante, porque simple vista uno nos esperaría que este gigante se moviera con la gracias y precisión que lo hace en la pista, saliendo de las curvas con gran control mientras uno va presionando el acelerador como si se condujera con la mente. Donde pones la vista sabes que irá el Panamera.
Y ahí reside la belleza de este auto. No será el mítico 911, pero Porsche se ha encargado que la tercera generación no pierda ni una gota del ADN de la marca. Sí, es un cómodo sedán de lujo, pero puede ser también una bestia en un trackday que te dará las sonrisas cada vez que el intoxicante sonido del motor V8 se apodera de la cabina.
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