La última joya de Rolls-Royce, el Arcadia Droptail, redefine el lujo automotriz con su entrega a un misterioso multimillonario de Singapur.
En un mundo donde el lujo y la exclusividad trazan la línea entre lo extraordinario y lo celestial, Rolls-Royce ha vuelto a capturar la esencia de lo sublime con la presentación de su más reciente obra maestra: el Rolls-Royce Arcadia Droptail.
Este vehículo, que ahora se une a la colección de creaciones únicas y exorbitantemente caras de la marca, ha sido entregado recientemente a su dueño, desatando una ola de especulaciones sobre la identidad de este acaudalado personaje.
El Arcadia Droptail, cuyo nombre evoca la mítica morada de los dioses Hermes y Pan, simboliza un paraíso terrenal de serenidad y esplendor. Esta maravilla automotriz es la tercera de cuatro ediciones limitadas de los convertibles ‘Droptail’ siguiendo a sus predecesores, La Rose Noire y el Amethyst.
Este selecto grupo a su vez sucede a la emblemática colección Boat Tail, reforzando la tradición de Rolls-Royce en la creación de vehículos que son auténticas obras de arte.
El lujo de estos automóviles es inigualable, con precios que alcanzan las ocho cifras, cada uno construido desde cero y a medida para satisfacer los más extravagantes caprichos de sus dueños, quienes suelen mantenerse en el anonimato.
El Arcadia Droptail deslumbra con una estética impecable, luciendo una combinación de blanco y plata con acentos de vidrio, aluminio y fibra de carbono en la carrocería. El interior es de cuero y madera, este último material cubre también la cubierta trasera al estilo de un yate. Rolls-Royce empleó un total de 223 piezas individuales de madera en el vehículo, dedicando más de 8,000 horas a su tallado y colocación manual.
Bajo el capó, el Arcadia alberga un poderoso motor V12 de 6.7 litros biturbo, capaz de entregar 593 caballos de fuerza, y 840 Nm de torque le dan la potencia necesaria a este opulento auto que pesa unas 5,500 libras acelere de 0 a 100 km/h en 5 segundos.
El proceso de creación del Arcadia Droptail ha sido una tarea de precisión y dedicación, con más de dos años dedicados al desarrollo. Su proceso es tan artesanal que se dedicaron cinco meses al ensamblaje del reloj en el tablero. Este presenta una cara maquinada con 119 facetas y el logo de Rolls-Royce en acero inoxidable, donde los marcadores de los minutos requirieron de una cámara con aumento para pintarlos manualmente.
El Arcadia Droptail ya navega hacia su nuevo hogar en Singapur, configurado para conducirse por el lado izquierdo, una elección peculiar en un país donde predomina el manejo por el derecho, pero que refleja el deseo de su misterioso propietario de disfrutar de su exclusiva adquisición más allá de las fronteras nacionales.
Comments