La industria automotriz japonesa se encuentra bajo el escrutinio público tras las investigaciones reveladas por su Ministro de Tierra, Infraestructura, Transporte y Turismo, donde se encontraron irregularidades en pruebas de seguridad que involucran a sus principales fabricantes: Toyota, Honda, Mazda y Suzuki.
En febrero reportamos sobre una auditoría interna en Toyota donde se descubrieron irregularidades en las pruebas de seguridad de varios modelos de su subsidiaria Daihatsu. Según informó el reporte de un auditor externo, las pruebas de colisión fueron manipuladas para cumplir con los estándares de certificación, lo que llevó a la empresa a suspender la producción y la entrega de vehículos en Japón y el resto del mundo.
Ahora, unos meses después, el escándalo se extiende a Toyota, Mazda, Honda y Suzuki, que según el ente regulador manipularon elementos en sus pruebas de seguridad. A raíz de esto se han suspendido las entregas y exportaciones de seis de sus modelos, incluidos tres fabricados por Toyota. Hay que destacar que ninguno de estos se comercializa en Panamá.
Este escándalo, recuerda al famoso "Dieselgate" de Volkswagen, que salió a la luz en 2015, donde las empresas del Grupo Volkswagen manipularon los datos de las pruebas de emisiones de una serie de motores diésel para registrar valores muy por debajo de los límites permitidos.
Las respuestas de los reguladores japoneses han sido rápidas y contundentes. La Agencia de Regulación del Transporte de Japón ha iniciado investigaciones exhaustivas para determinar la magnitud del problema.
En sus declaraciones, el Ministerio de Tierra, Infraestructura, Transporte y Turismo de Japón calificó las irregularidades como "acciones que socavan la confianza de los usuarios y sacuden los cimientos del sistema de certificación automotriz [japonés]." El ministerio anunció inspecciones in situ en las empresas afectadas, comenzando con Toyota y ha ordenado a las compañías involucradas que presenten informes detallados sobre las irregularidades detectadas y las medidas correctivas implementadas. Se esperan multas significativas y otras sanciones para las empresas que se demuestre que han violado las normativas de seguridad.
Toyota
En el caso de Toyota, los modelos Fielder y Axio (variantes para el mercado japonés del Corolla), así como el Toyota Yaris Cross (versión XP210, diferente al comercializado en Panamá), han sido certificados utilizando "datos inadecuados en las pruebas de protección para peatones y ocupantes".
También se incluyeron en las auditorias cuatro modelos que ya no están en producción (Crown, Isis, Sienta y RX) en cuyo caso la investigación arrojo que se usaron "métodos que diferían de los estándares gubernamentales."
"Como responsable del Grupo Toyota, quisiera extender mis más sinceras disculpas a nuestros clientes, entusiastas del automóvil y todos los interesados por este problema, tras los incidentes con Hino, Daihatsu y Toyota Industries Corporation. Estoy verdaderamente apenado." Akio Toyoda, presidente de Toyota
El presidente de Toyota, Akio Toyoda, declaró en una conferencia de prensa que, de las decenas de miles de pruebas realizadas por la compañía, hasta ahora solo se han encontrado seis irregularidades. Algunas de estas según el ejecutivo se deben a que ciertos vehículos fueron probados con estándares superiores a los requeridos por el gobierno, sin que Toyota solicitara las exenciones correspondientes al Ministerio de Transporte.
Toyoda aseguró que, debido a que los vehículos se sometieron a pruebas con estándares más altos de los exigidos por las normativas gubernamentales, los modelos implicados siguen siendo seguros para conducir.
"Los vehículos se produjeron y vendieron sin pasar por el proceso de certificación adecuado"
Honda
El caso de Honda afecta principalmente las pruebas de ruido a las que se someten los vehículos para su homologación. Ya el fabricante reconocido recientemente la falsificación de resultados en sus pruebas, pero más de 20 modelos afectados han dejado de producirse, ya sea porque han sido completamente descontinuados o reemplazados por nuevas generaciones.
Dentro de la larga lista de modelos afectados se encuentra el Honda NSX, producido para el mercado japonés entre agosto de 2016 y octubre 2022, donde se descubrieron "incidentes inapropiados en las pruebas de ruido". A este modelo se suman otros 22 afectados, pero que actualmente no están en producción.
Mazda
Mazda confirmó que sus irregularidades se centraban en el software de control del motor (ECU) del MX-5 RF y del Mazda2 (Actualmente no comercializados en Panamá). Según el fabricante, la programación fue alterada durante las pruebas oficiales de rendimiento.
Además, la empresa realizó modificaciones indebidas en los vehículos utilizados para las pruebas de choque de los modelos Atenza (Mazda6) y Axela (Mazda3) de la generación anterior. Estas incluían el reemplazo del acelerómetro encargado de detectar una colisión, por un 'timer' para accionar las bolsas de aire durante las pruebas.
Sin embargo, Mazda ha confirmado que los modelos de producción cumplen con los estándares de seguridad especificados por el gobierno japonés.
Suzuki
En el caso de Suzuki, se encontró que en la versión comercial del Suzuki Alto de la generación anterior, producida entre 2014 y 2017, se redujo la distancia de frenado registrada en la prueba frenado.
La compañía explicó que la presión aplicada al pedal de freno durante las pruebas no fue tan intensa como lo requerían los estándares legales. Para cumplir con los plazos, ajustaron las cifras, suponiendo que el vehículo rendiría mejor si se hubiese aplicado la presión correcta.
Las investigaciones aún están en proceso y quedará ver si son que no afectan realmente el desempeño de los autos o si las mismas tienen implicaciones en su operación. Por el momento todo parece indicar que es un problemas de cómo se manejaron los procesos legales de certificación y no problemas en la producción de vehículos.
En todo caso, es un duro golpe para la manufactura japonesa que tradicionalmente se ha caracterizado por su calidad y atención a los detalles. Pero a su vez, es una prueba del compromiso del Gobierno de Japón de garantizar el cumplimiento de las normas locales de manufactura, y de cuidar el sello de calidad de la tierra del sol naciente.
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