Toyota Motor Corporation se prepara para reportar un notable aumento en sus ganancias durante el tercer trimestre, y se espera que mejore su perspectiva anual debido a una combinación de fuerte demanda y un yen japonés debilitado.
A pesar de las crecientes preocupaciones sobre el panorama económico global, el mayor fabricante de automóviles del mundo parece no haberse visto afectado. Según información publicada esta semana, Toyota vendió 7.5 millones de vehículos, incluida su marca Lexus, en los primeros nueve meses del año. Esto representa un aumento de casi el 7% en comparación con el mismo período del año pasado.
Seiji Sugiura, analista del Tokai Tokyo Research Institute, señaló que es probable que Toyota siga beneficiándose de la creciente demanda en Estados Unidos. La huelga de seis semanas contra los “Tres Grandes” de Detroit que terminó esta semana perjudicó a los competidores estadounidenses. “Es probable que Toyota y otros fabricantes japoneses vean aumentar la demanda, por lo que no necesitarán ofrecer incentivos para vender coches. Esto se traducirá en ventas más rentables”,
Se espera que Toyota reporte casi el doble en su beneficio operativo de julio a septiembre, llegando a unos 1.08 billones de yenes ($7.19 mil millones). Además, la compañía probablemente eleve su pronóstico de ganancias operativas para el año financiero hasta el 31 de marzo de 2024, a alrededor de 4 billones de yenes, lo que representa un aumento del 33% respecto a su proyección actual.
Es importante destacar que la producción nacional de Toyota se recuperó en un 27% durante los primeros nueve meses del año en comparación con el mismo periodo de 2022. Esta recuperación subraya la capacidad de Toyota para superar los problemas de suministro de chips y partes del año pasado.
La devaluación del yen frente al dólar estadounidense, que ha sido del 12% este año, ha potenciado el valor de las ventas internacionales de Toyota.
Sin embargo, no todo es optimismo. Toyota y otros fabricantes japoneses enfrentan desafíos crecientes debido al cambio hacia vehículos eléctricos en mercados clave y condiciones empresariales difíciles en China. Además, hay preocupaciones sobre la demanda de automóviles en mercados de Asia del Sudeste y el impacto de las tasas de interés estadounidenses en el gasto del consumidor.
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