Un reciente estudio realizado por DEKRA, en colaboración con diversas investigaciones de expertos en movilidad eléctrica, ha demostrado que las baterías de los vehículos eléctricos pueden mantener más del 90% de su capacidad incluso después de recorrer cientos de miles de kilómetros.
Desde que inició el auge de los vehículos eléctricos, una de las principales preocupaciones de los consumidores ha sido la durabilidad de las baterías, que pondría en desventaja la longevidad de los autos eléctricos en comparación con los motores de combustión interna. Sin embargo, las pruebas realizadas por DEKRA han mostrado resultados alentadores. Según la institución, “incluso tras un uso intensivo, las baterías modernas mantienen un estado de salud (SoH) superior al 90%”. Esto significa que los propietarios de vehículos eléctricos pueden disfrutar de un rendimiento sostenido a largo plazo.
"Vehículos con más de 200,000 kilómetros presentan una degradación mínima, sin comprometer significativamente la autonomía”. Esto pone de relieve los avances en la fabricación de celdas y los sistemas de gestión térmica, que son factores clave para garantizar la longevidad de las baterías.
Esta es la conclusión se da luego que los especialistas realizaron más de 25,000 pruebas de estado de salud (SoH) utilizando su procedimiento patentado por DEKRA para las pruebas de baterías. Un ejemplo interesante es el de los taxis eléctricos Jaguar, que comenzaron a operar en Múnich, Alemania, en 2018 y han demostrado una durabilidad excepcional.
En seis unidades del Jaguar I-Pace que habían recorrido entre 180,000 y más de 260,000 kilómetros (equivalentes a 110,000 y 160,000 millas), mostraron que el estado de salud de sus baterías se mantenía entre el 95% y el 97%.
El caso de pruebas realizadas con modelos populares, en los que se registraron pérdidas de capacidad inferiores al 10% tras varios años de uso. Por ejemplo, un vehículo que originalmente ofrecía una autonomía de 400 kilómetros, tras alcanzar los 200,000 kilómetros recorridos, aún podría recorrer aproximadamente 360 kilómetros con una sola carga.
Los investigadores también atribuyen esta durabilidad a la implementación de software avanzado de gestión de baterías (BMS, por sus siglas en inglés). Este sistema regula la carga y descarga para evitar tensiones innecesarias en las celdas, prolongando así su vida útil.
Impacto en la percepción del mercado
Estos resultados no solo benefician a los consumidores, sino también a los fabricantes y al mercado en general. Los datos positivos sobre la longevidad de las baterías eliminan una de las principales barreras de entrada para los usuarios potenciales, quienes podrían haber dudado en adquirir un vehículo eléctrico por temor a costosas sustituciones de baterías.
Además, estas cifras tienen implicaciones importantes para el mercado de vehículos eléctricos usados. Un vehículo eléctrico que mantiene el 90% de su capacidad de batería tras un uso intensivo tiene más posibilidades de sufrir una depreciación más cercana a la que enfrentan los vehículos de combustión, incentivando así la compra de segunda mano y aumentando la accesibilidad a esta tecnología.
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